jueves, 24 de diciembre de 2020

 

Navidad es para todos quienes creen y quienes no un inicio y un fin en si mismo. Recuerdo a mi padre sentado en su sillón en la penumbra del hall de la entrada de la casa con una especial placidez ,en estado reflexivo, observando la algarabía del otro lado, en el salón donde estaba el árbol navideño, el pesebre y nosotros,  los niños , desenvolviendo regalos; el parloteo alegre de ese otro tiempo donde reinaba mi infancia. Hoy siento que el sentido de la Navidad era ese instante profundo de reflexión y observación hacia afuera y hacia adentro que mi padre realizaba;  en esta rueda de la vida hoy es mi turno. Son tiempos  difíciles ,donde lo esencial, aquello “invisible a los ojos” la belleza, está en aquello que con amor vamos construyendo sobre aquello que hoy somos, del adentro hacia el afuera. En este mundo afectado por los virus, la crueldad, la incomunicación envuelta en palabrerío, es un momento para el SILENCIO interior y la ESPERANZA que tanto tiene de arte y de iluminación.  

GDJ