jueves, 26 de marzo de 2020

Cuento del Libro Rojo, de C. G. Jung





─Capitán, el chico está preocupado y muy agitado debido a la cuarentena que nos han impuesto en el puerto.

─¿Qué te inquieta chico? ¿No tienes bastante comida? ¿No duermes bastante?

─No es eso capitán, no soporto no poder bajar a tierra y no poder abrazar a mi familia.

─¿Y si te dejaran bajar y estuvieras contagioso, soportarías la culpa de infectar a alguien que no puede aguantar la enfermedad?

─No me lo perdonaría nunca, aún si para mí hubieran inventado esta peste.

─Puede ser. ¿Pero si no fuese así?

─Entiendo lo que queréis decir, pero me siento privado de la libertad capitán, me han privado de algo.

─Y tu, prívate aún más de algo.

─¿Me estáis tomando el pelo?

─En absoluto. Si te privas de algo sin responder de manera adecuada, has perdido.

─Entonces, según usted si me quitan algo ¿para vencer debo quitarme alguna cosa más por mí mismo?

─Así es. Lo hice en la cuarentena hace 7 años.

─¿Y qué es lo que os quitaste?

─Tenía que esperar más de 20 días sobre el barco. Eran meses que esperaba poder llegar al puerto y gozar de la primavera en tierra.

Hubo una epidemia. A Port April nos vetaron de bajar. Los primeros días fueron duros. Me sentía como vosotros. Luego empecé a contestar a aquellas imposiciones no utilizando la lógica. Sabía que tras 21 días de este comportamiento se crea una costumbre y, en vez de lamentarme y crear costumbres desastrosas, empecé a portarme de manera diferente a todos los demás.

Entonces empecé a reflexionar sobre aquellas privaciones que tienen muchos en cada día de su miserable vida, luego pude entrar en la visión justa y decidí vencer. Empecé con el alimento. Me impuse comer la mitad de cuanto comía habitualmente, luego empecé a seleccionar los alimentos más digeribles para que no se sobrecargase mi cuerpo. Pasé a nutrirme de alimentos que, por tradición, habían mantenido al hombre en salud.

El paso siguiente fue unir a esto una depuración de pensamientos malsanos y tener cada vez más pensamientos elevados y nobles. Me impuse leer al menos una página cada día de un argumento que no conocía. Me impuse hacer ejercicios sobre el puente del barco. Un viejo hindú me había dicho años antes que el cuerpo se potenciaba reteniendo el aliento. Me impuse hacer profundas respiraciones completas cada mañana. Creo que mis pulmones nunca habían llegado a tal capacidad y fuerza.

La tarde era la hora de las oraciones, la hora de dar las gracias a una cualquiera entidad por no haberme dado, el destino, privaciones serias durante toda mi vida. El hindú me había aconsejado también coger la costumbre de imaginar la luz entrar en mí y hacerme más fuerte. Podía funcionar también para la gente querida que estaba lejos y, así, esta práctica también la integré en mi rutina diaria sobre el barco.

En vez de pensar en todo lo que no podía hacer, pensaba en lo que habría hecho una vez bajado a tierra. Visualizaba las escenas cada día, las vivía intensamente y gozaba de la espera. Todo lo que podemos obtener enseguida nunca es interesante. La espera sirve para sublimar el deseo y hacerlo más poderoso. Me había privado de alimentos suculentos, de botellas de ron, de imprecaciones y tacos. Me había privado de jugar a las cartas, de dormir mucho, de ociar, de pensar solo en lo que me habían quitado.

─¿Cómo acabó capitán?

─Adquirí todas aquellas costumbres nuevas. Me dejaron bajar después de mucho más tiempo del previsto.

─¿Os privaron de la primavera entonces?

─Sí, aquel año me privaron de la primavera y de muchas cosas más, pero yo había florecido igualmente, me había llevado la primavera dentro, y nadie nunca más ha podido quitármela.

miércoles, 25 de marzo de 2020

Lothlorien - original Tolkien inspired music

Esperanza



La esperanza es un detonante para ponernos en marcha .
Desencadena en nosotros  un ánimo especial para afrontar cada una de las actividades cotidianas, incluso las más difíciles.
Nos permite seguir adelante cuando nuestras fuerzas nos abandonan.
Nos da la voluntad necesaria para no claudicar de nuestros sueños .
Nos ayuda a sobrellevar ciertos momentos de la vida en que la dificultad amenaza con destrozarnos el cuerpo y el ánimo.
Nos brinda consuelo como un bálsamo en la herida cuando sentimos angustia y creemos no poder resistir.
Con la esperanza viene la FE , 
Confío y creo firmemente que hoy estoy construyendo el futuro que sueño.
Por eso la esperanza es bandera,  es escudo  y es espada de todo corazón con sueños e ideales . 
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GDJ

CADA DIA UN POCO



“Cuando tengas una tarea difícil que hacer, algo que parece imposible, solamente trabaja cada día un poco, todos los días un poco, y de repente verás que el trabajo estará terminado.”


Karen Blixen

Karen Christence Blixen-Finecke, nacida Karen Christenze Dinesen, más conocida por su pseudónimo literario Isak Dinesen, nació el 17 de abril de 1885 en Rungstelund, frente al estrecho de Oresund al norte de Copenhague. Tras algunos aislados e infructuosos intentos en sus años jóvenes de abrirse camino como pintora y escritora, se comprometió con su primo sueco el barón Bror von Blixen-Finecke, hermano del que fue su amante (el barón Hans von Blixen-Finecke) y un año después embarcó rumbo a Africa para casarse con él y establecerse en una granja, donde intento cultivar café (como decía arriba), aunque sin mucho éxito.
A lo largo de todos esos años que estuvo viviendo alli y especialmente en las largas temporadas que pasaba sola en su granja de Kenia, la baronesa comienza a escribir todo lo que allí ocurre, en su granja y en su entorno, a ella y a sus amigos y a sus vecinos, los nativos africanos, y cuando finalmente todo llegó a su fin, reunió y puso en orden esos papeles, dando lugar al sorprendente libro “Out of África” (Memorias de África), donde lo que escribe resulta tan increible que parece que no fuera real lo que cuenta.






LA PRÁCTICA DE TONGLEN de la TRADICIÓN TIBETANA





Una de las meditaciones más practicadas en el budismo tibetano es la práctica de tonglen (literalmente, significa "enviar y tomar"). La práctica es parte constitutiva de lo que hace a un bodhisattva en el budismo mahayana y enseña "a desarrollar una actitud psicológica de intercambiarse por los otros", este es el heroico orgullo del sendero del bodhisattva, en el que se asume tomar el dolor y el sufrimiento de los demás para purificarlo en el interior y reenviarlo como luz y felicidad. Esto es posible --y no como un mero sacrificio-- porque el bodhisattva ha descubierto su propia insustancialidad, esta libre de apego a un ego y aferramiento a los objetos.

Es difícil saber si una meditación en la que una persona envía a través de su imaginación bienestar y compasión realmente puede afectar a otra persona, si existe una transmisión de energía psíquica o algo similar. Esto no compete resolverse aquí, pero lo que es indudable es que la persona que realiza la meditación se siente mejor y esto es una forma de ayudar a los demás (además de que al sostener como objeto de su meditación a ciertas personas, puede conectar de manera profunda y amorosa con la propia noción que tiene de ellas). El Dalái Lama explica: "Ya sea que esta meditación realmente ayude a los demás o no, de cualquier manera me da paz mental. Así puedo ser más efectivo, entonces el beneficio es enorme". Alan Wallace intuye una forma en la cual de hecho el tonglen puede realmente ayudar a los demás. Se dice en el budismo que la naturaleza de la mente es esencialmente una luminosidad que tiene la capacidad de conocer, y es esta luminosidad la que hace manifiesto el mundo de los fenómeno o apariencias; igualmente esta luminosidad es la fuente de la imaginación, de la imaginación de lo posible, de los mundos futuros y de los estados que viviremos. La luminosidad es lo que será lo actual. Entonces podríamos pensar que, ya que están hechos de la misma sustancia (los fenómenos que experimentamos y nuestra visualización), quizás no es descabellado creer que existe una conexión, un diálogo, una afectación que se establece meditando con la luminosidad de la compasión.
El maestro de meditación Reginald Ray explica la base del tonglen en su Secret of the Vajra World: the Tantric Buddhism of Tibet:

El practicante selecciona a una persona que esta sufriendo, a quien él o ella quiera ayudar. Uno entonces utiliza la inhalación y la exhalación como medios contemplativos: en la inhalación se visualiza el sufrimiento del otro que llega a uno; y en la exhalación uno visualiza toda la bondad que uno posee saliendo para aliviar al otro... esta práctica disuelve la aparente dualidad del sí mismo y del otro, y la resistencia que todos sentimos de tomar el estado de otra persona verdaderamente en nuestro corazón...
Lo que tenemos aquí es una mezcla del método (la compasión) con la sabiduría (la vacuidad) y de hecho una práctica, aunque muy sencilla y establecida en el mahayana, que tiene cierta dimensión tántrica, y la cual es excelente para cultivar el samadhi.

Todas las prácticas del mahayana mezlcan continuamente la sabiduría y la compasión. La sabiduría deshace la solidez de nuestra rígida versión conceptual de nosotros mismos y de los demás; la compasión es el flujo apropiado, natural e inteligente de este proceso de deshacer la solidez. Una vez que uno deja de sentirse como separado de los demás, es natural sentir simpatía por el sufrimiento de los demás y un deseo de ayudarlos.
Se recomienda primero entrar en un estado meditativo; puede hacerse esto contando la respiración o atendiendo a las sensaciones de la respiración por un rato y luego iniciar el tonglen, idealmente primero con una persona a la que le tengamos afecto, para que la práctica sea sincera y podamos producir la sustancia mental de la compasión (karuna, en sánscrito; thugs rje, en tibetano), la cual es una especie de energía o resonancia universal, según el budismo tibetano. Una vez que hemos hecho surgir el estado genuino de compasión podemos aplicarlo a todas las personas, incluso a las que hemos considerado como nuestros enemigos y al mundo en general.

La monja budista Tenzin Palmo da las siguientes instrucciones en este video. Al inhalar, uno se imagina que toma el sufrimiento de la persona o personas: 
chupando como con una aspiradora toda su enfermedad y sufrimiento y las causas de este sufrimiento incluyendo los karmas y lo toma en forma de una luz negra o humo oscuro y lo respira, y esta sustancia entra en el centro del pecho, como en una perla negra que representa nuestra mente egoísta, nuestro aferramiento al yo, esto inmediatamente se disuelve y se transforma en un brillante diamante que representa nuestra verdadera naturaleza, brillantez y claridad. En la exhalación una luz brillante fluye y entra a esa persona que estamos visualizando y se ven completamente inmersos en esta luz, puede ser blanca o dorada, y todas las células de su cuerpo se llenan de todo el bienestar, felicidad, buen karma y la naturaleza última de sabiduría y compasión es absorbida por ellos.
Cuando tú mismo estás enfermo, puedes aplicar esto pensando que todo el sufrimiento de los seres que están sufriendo lo que tú estás sufriendo (cáncer, dolor de cabeza, lo que sea) venga a ti y sea aliviado. Esto no es una forma de masoquismo, sino una forma de alquimia de la compasión basada en la vacuidad, en la ausencia de un yo inherente que sufre. Los resultados son fáciles de ver porque al enfocarnos en el sufrimiento de los demás dejamos de atender a nuestro propio sufrimiento. Se dice que una de las prácticas principales de los lamas tibetanos cuando están seriamente enfermos es el tonglen. Así que no hay que desestimar esta práctica, que es sumamente poderosa y bondadosa.


martes, 24 de marzo de 2020

Espacio Interior




"...Vivimos tanto mejor cuanto mas espacio interno tengamos...el ESPACIO nos lo hacemos nosotros. TENEMOS QUE IDENTIFICARNOS CON EL ESPACIO. Creamos espacio y SOMOS REALMENTE ESPACIO... el ser espacio nos da esa sensación que tenemos cuandro respiramos y nos encontramos LIBRES..." 

 Dr. Vicent Simon (programa Redes )

UNA VISIÓN INTEGRAL DEL SISTEMA INMUNE

Articulo extraido de  


El sistema inmune (la capacidad que tiene el ser humano de responder a agentes patógenos o influjos externos) nunca había tenido tanto valor como ahora. Existe mucha información sobre este tema y la realidad es que continuamente se hacen descubrimientos sobre cómo funciona nuestro sistema inmune. Sabemos, por ejemplo, que es un "órgano distribuido", es decir, no se encuentra en una parte del cuerpo en específico, sino que se extiende a lo largo de todo nuestro organismo, especialmente en la piel y en las membranas del intestino. Asimismo, sabemos que el sistema inmune es un complejo en el que intervienen células propiamente humanas y bacterias y microorganismos, pues hay microorganismos que no son patógenos para el ser humano sino que, al contrario, le permiten defenderse de otros elementos tóxicos. 
Otro aspecto esencial a considerar es que este sistema distribuido también puede extenderse al medioambiente, a lo que se conoce como factores epigenéticos. En otras palabras, existe una delicada modulación del sistema inmune en relación con la socialización y con diferentes factores ambientales.
Esta es una de las cuestiones que explican por qué el estrés afecta la salud y cómo, por otro lado, las relaciones íntimas y el significado existencial son dos de los factores principales para que uno pueda responder de mejor manera a los estímulos de la vida cotidiana. A continuación consideramos algunos factores que pueden ayudarte a tener un mejor sistema inmune, haciendo énfasis en cuestiones no tan obvias.

1. Intimidad: calidad y no cantidad de relaciones

En momentos en los que es necesario guardar cierta distancia social, puede resultar un poco paradójico que una de las cosas que más efectos positivos tienen sobre la salud en general (y específicamente sobre respuestas inflamatorias) sea la socialización. Sin embargo, se debe precisar que lo que produce este efecto positivo no es la socialización en sí misma ni la cantidad de tiempo que se pasa con otras personas sino el aspecto cualitativo, lo que podríamos llamar "intimidad significativa". Y esto puede cultivarse y se cultiva mejor en la intimidad, no en grandes reuniones sociales sino en espacios íntimos, compartiendo la vida cotidiana o familiar. Se trata, por supuesto, de fomentar la sensación de querer y ser querido. 
En un importante estudio realizado por la Universidad de Harvard a lo largo de varias décadas se notó que el principal factor que permite predecir una larga vida y una vida libre, en general, de enfermedades, son las relaciones íntimas que reporta una persona. Ni siquiera hacer ejercicio, dejar de fumar o beber se comparan con tener ciertas relaciones, no muchas pero sí profundas. Esto podría deberse a la sensación de seguridad y relajación que brinda la intimidad, lo cual evita tensión y estrés.
En las últimas décadas numerosos estudiosos han comprobado que el estrés mitiga el sistema inmune, produciendo grandes cantidades de hormonas como la adrenalina y el cortisol. Esta es la llamada reacción de "huir o pelear". El estrés es una respuesta manera natural y positiva cuando existe una amenaza, por ejemplo un depredador, pero cuando hay una constante percepción de esa amenaza el organismo va desgastando sus defensas. Lo cual nos lleva al siguiente aspecto: evitar el pánico.

2. Evita el pánico, practica la relajación

En épocas como esta, donde el mundo en el que nos movemos parece estar sacudiéndose, parece difícil no sentir ansiedad, angustia, depresión o hasta pánico. Sin embargo, debemos ser conscientes de que estos estados de ánimo tienen un notable efecto en las respuestas inmunológicas, pues el sistema inmune es modulado también por nuestras emociones y pensamientos. Más aún: los pensamientos obsesivos drenan gran cantidad de energía y no sólo nos cansan y evitan que durmamos mal, también evitan que podamos concentrarnos y practicar algunas cosas que podrían ayudarnos, como el ejercicio y la meditación, dos de las principales herramientas para relajar nuestro cuerpo y mente. En gran medida, lo que el estrés hace es que apretemos todo nuestro cuerpo y reaccionemos excesivamente a cualquier estímulo. La línea entre la hipocondría y la enfermedad real es más tenue de lo que parece y quizá no existe del todo en el sentido de que la mente, al reaccionar, no distingue entre una causa real o una imaginaria. Esto es fácil de comprobar en nuestra época, en la cual son muchas las personas que desarrollan síntomas similares a la gripa con sólo pensar en que están con una persona que está enferma. Por ello, una importante forma de evitar un contagio es simplemente estar relajado, suelto, sin aferrarse a los pensamientos y a las sensaciones. Para esto recomendamos practicar diferentes técnicas de meditación.
Particularmente valiosas en esta época en la que será difícil soltar y relajar naturalmente la mente pueden resultar las meditaciones dinámicas, como las que permite el qi gong, el yoga o el shamata y vipassana observando los pasos que uno da cuando camina, la meditación caminando o en movimiento. Otro modo efectivo es la meditación de compasión (metta o gtong-len), en la que la persona contempla el sufrimiento de los demás y cultiva una sensación de compasión o amor, la cual envía en el proceso de respiración, algo así como ponerse en los zapatos de los demás, a la vez que relajando la propia identificación egoísta. Esto puede ser enormemente útil. 
Por último, el budismo recomienda practicar la meditación en torno a la impermanencia de todos los fenómenos como una forma de desapego y liberación del aferramiento que caracteriza al estrés.
Cabe mencionar que estas prácticas no son (cuando son practicadas de manera correcta) un modo de huir o sustraerse de la vida y la responsabilidad, sino que permiten dirigir la energía de manera más efectiva y contemplar los fenómenos de una manera más lúcida, presente y relajada.

3. La medicina del sol y de la Tierra

El ser humano existe de manera interdependendiente, siendo un "animal social" que es además un animal conectado a todos los procesos de la naturaleza, del sol y la Tierra (¡y quizá incluso la luna y los demás planetas!). Diversos estudios han demostrado que las caminatas en la naturaleza son efectivas en la reducción del estrés.
Quizá en este momento no sea lo mejor salir mucho, pero siempre es posible encontrar un lugar en el que haya un árbol o una flor o un pedazo de cielo azul. Esto es suficiente para contemplar la belleza de la naturaleza: el color, la luz, el olor, el sonido del viento o el silencio. Algunas personas recomiendan andar descalzo en la tierra algunos minutos al día, lo que se conoce como "grounding".
Otro aspecto a notar es que recibir luz solar es importante para la generación de neurotransmisores como la melatonina y la serotonina. Esto es especialmente  importantel pues no existe quizá nada que afecte tanto al sistema inmune como dormir bien (o en su defecto mal), y la hormona encargada de regular los procesos de sueño es la melatonina. En vez de tomar suplementos, es mejor intentar exponerse algunos minutos a los rayos del sol, lo cual no sólo mejorará tu inmunidad sino también tu estado de ánimo. Al mismo tiempo hay que recordar que pasar mucho tiempo bajo la luz de las pantallas electrónicas tiene el efecto opuesto. Es particularmente importante evitar la exposición a la luz azul de las pantallas en la noche. 

4. El sistema inmune responde al significado o sentido existencial

En los últimos años, como ya mencionamos, ha surgido importante investigación científica que muestra que el sistema inmune es modulado por los estados mentales. Destaca el trabajo de Steven Cole, profesor de medicina de UCLA, quien se ha concentrado en el papel que juega el significado (meaningfulness) o el sentido de plenitud y sentido que llama eudaimonía, en contradistinción de la felicidad basada en el placer.
Un trabajo afín fue desarrollado por el psicólogo Viktor Frankl, quien en la Segunda Guerra Mundial notó que las personas que tenían sentido existencial lograban soportar mejor las condiciones de los campos de concentración. Parafraseando a Nietzsche, si el cuerpo tiene un por qué, encuentra un cómo.
Según Cole, "la vieja forma de pensar era que nuestros cuerpos eran entidades biológicas estables, fundamentalmente separadas del mundo externo. La nueva forma de pensar es que hay mucha más permeabilidad y fluidez... nuestro cuerpo es literalmente producto del ambiente". Cole ha encontrado una relación entre la  felicidad significativa y el sistema inmune, o cómo reaccionan nuestras células a lo que subjetivamente llamamos felicidad -acaso así haciendo tangible lo que es la felicidad, encontrando una respuesta a esta pregunta milenaria, aunque desde la perspectiva parcial del cuerpo-. Su trabajo lo ha llevado a concluir que "no hay duda de que la mente y el sistema inmune están ligados". 
Cole ha explicado anteriormente que experiencias negativas como un diagnóstico de cáncer, la depresión, el estrés, el trauma o el bajo estatus socioeconómico pueden afectar el perfil inmunológico de una persona. Mientras que "las experiencias de felicidad y la percepción de esas experiencias en nuestro cuerpo" también producen cambios en nuestros mecanismos biológicos, en sentido opuesto. Cole cree que estas experiencias positivas son capaces de "remodelar nuestra composición celular". Más importante es el hecho de que a lo que se refiere con felicidad no es a una sensación de placer o a una euforia, sino algo más estable y menos difícil de conservar. 
Su evaluación de la felicidad se dividió en "felicidad hedonista" y "felicidad eudaimónica". "La felicidad hedonista es el estado de ánimo elevado que experimentamos después de un evento de vida externo, como comprar una casa". La eudaimonía, por el contrario, es "nuestro sentido de propósito y dirección en la vida, nuestro involucramiento con algo más grande que nosotros", explica Cole. El estudio desarrollado por él reveló que hay una notable correlación entre la felicidad eudaimónica y un mejor funcionamiento del sistema inmune.
En otras palabras, la manera de modular positivamente el sistema inmune no es buscando el placer o la satisfacción en cosas externas, sino buscando el sentido de nuestra existencia dentro de nosotros mismos. Una búsqueda "interior" que a veces se logra mejor comprendiendo que ese sentido está en los otros, en la dedicación y el servicio a los demás. Esto es, ciertamente, algo que podemos aplicar en estos tiempos.  

5. La belleza 

Una de las cosas que nos permiten encontrar sentido en la vida es la belleza. Esto ha sido notado prominentemente por pensadores como Simone Weil o Fiódor Dostoyevski, entre otros. Para Weil, influenciada por Platón, la belleza es el modo en el que se refleja la inteligencia espiritual del cosmos en el mundo y nos llama hacia el amor de todas las cosas. Dostoyevski escribió famosamente en El idiota que "la belleza salvará al mundo". Debemos decir que en este caso no se trata solamente de la belleza física, sino de la belleza integral de las cosas. Podemos entender esto a través de la etimología de la palabra "hermoso", cuya traza sigue en su origen a la palabra latina "forma" y la griega "morphé".
Ahora bien, esta palabra es la que utilizó Aristóteles para definir lo que era el alma, la forma que se hace patente en el cuerpo y que se actualiza hacia su telos (propósito, fin o sentido existencial). En otras palabras, la hermosura -la belleza- es el alma en el cuerpo, o aquello mismo que nos dirige hacia nuestro propósito último.
Otras formas de entender la belleza, particularmente en la tradición idealista alemana, es como la revelación de lo trascendente e infinito en lo inmanente y finito. La belleza tiene por supuesto un componente moral, está relacionada en Occidente siempre con lo bueno y lo verdadero. Hay belleza en contemplar un atardecer, en escuchar una sinfonía y ver un rostro, pero también en ayudar al prójimo o en comprender la realidad. 
Lo que queremos rescatar es que un sentido de la belleza es una manera de establecer intimidad con el mundo. Es una manera de asumir responsabilidad por las cosas, en el deseo de que subsistan y de que se pueda seguir creando belleza. Es una forma de combatir el estrés, al dirigir la atención a la forma. Es una especie de medicina al vincularnos íntimamente con una persona o con la naturaleza misma. Es también una forma de entender la impermanencia de las cosas, su carácter fugitivo y hacerlo sin apego.
Como escribió William Blake: "He who kisses the joy as it flies. Lives in eternity's sunrise" ("Aquel que besa la alegría al desaparecer / vive en la eternidad del amanecer"). O Pessoa: "Coge las flores, mas déjalas caer/, apenas miradas./ Al sol siéntate. Y abdica/ para ser rey de ti mismo".