" ...Este es un trabajo para Hombres radicales... Estos, aunque discordando en parte o en su totalidad con nuestras posiciones podrán llegar al fin de este ensayo. Sin embargo, en la medida en que asuman, sectariamente, posiciones cerradas, "irracionales" rechazarán el dialogo que pretendemos establecer a través de este libro. La sectarizacion es siempre castradora por el fanatismo que la nutre. La radicalización, por el contrario es siempre creadora dada la criticidad que la alimenta. En tanto la sectarización es mítica, y por ende alienante, la radicalización es crítica y, por ende liberadora. Liberadora ya que, al implicar el enraizamiento de los hombres en la opción realizada, los compromete cada vez más en el esfuerzo de transformación de la realidad concreta, objetiva. La secterizacion en tanto mítica es irracional y transforma la realidad en algo falso que, así no puede ser transformada. La inicie quien la inicie, la sectarización es un obstáculo para la enmancipación de los hombres...El sectario, cualquiera sea la opción que lo orienta no percibe, no puede percibir o percibe erradamente, en su "irracionalidad" cegadora la dinámica de la realidad....El hombre radical, comprometido con la liberación de los hombres, no se deja prender en "círculos de seguridad" en los cuales aprisiona también la realidad, Por el contrario, es tanto más radical cuanto más se inserta en esta realidad para, a fin de conocerla mejor, transformarla mejor... No teme enfrentar, no teme escuchar, no teme el descubrimiento del mundo. No teme el encuentro con el pueblo. No teme el diálogo con él, de lo que resulta un saber cada vez mayor de ambos. No se siente dueño del tiempo, ni dueño de los hombres, ni liberador de los oprimidos. Se compromete con ellos, en el tiempo, para luchar con ellos para la liberación de ambos..."
Paulo Freire, Santiago de Chile, otoño de 1969 "Primeras Palabras" en su libro "Pedagogía del oprimido"
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