domingo, 26 de agosto de 2012

EN BLANCO Y NEGRO


En blanco y negro la imagen pareciera que tuviera una fuerza misteriosa, que nos llevara de la mano a un instante, a descubrir que se esconde en un rostro, la  ¿ captura del alma del fotografiado ?Carier Bresson manifestaba que "el blanco y negro era el poder de la evocación". Nos trae el pasado, nos conduce a ese momento que "ya fue", a una mirada que dice mas que lo que pretendía, a un gesto capturado en el instante, a la belleza de una forma de un movimiento... El arte sin colores que expande su belleza.-
GDJ

sábado, 25 de agosto de 2012

LA NIÑA QUE ILUMINO LA NOCHE


Cuento de RAY BRADBURY
Había una vez un muchachito que no le gustaba la noche.Le gustaban las linternas y los faroles, las lámparas y los farolitos, las velas y los velones, los fuegos artificiales y los fuegos de leña. Pero no le gustaba la noche.No le gustaban las llaves de apagaban las lámparas amarillas, las lámparas verdes, las lámparas blancas, las luces de la entrada, las luces de las habitaciones y nunca jamás apagaba una luz.

No le gustaba salir a jugar en la oscuridad y se sentía triste de no poder jugar con los otros niños que corrían por el campo en las noches de verano. Por la noche se escondía en su habitación, con sus linternas y sus lámparas, con sus velas y faroles. Totalmente solo. El no quería más que el sol. A él no le gustaba la noche.Cuando a la noche su padre y su madre recorrían la casa apagando todas las lámparas una a una…

Las lámpara de la entrada. Las lámparas de la escalinata. Las lámparas de los pasillos. Las lámparas de las habitaciones. Las lámparas de la cocina. Las lámparas del baño. El muchachito se escondía en su cama y muy entrada la noche, sólo en su habitación había luz… Una noche en que su padre estaba de viaje y su madre dormía, el muchachito recorrió la casa y prendió todas las lámparasLas lámpara de la entrada. Las lámparas de la escalinata. Las lámparas de los pasillos. Las lámparas de las habitaciones. Las lámparas de la cocina. Las lámparas del baño
¡Parecía que la casa se quemaba de tanta luz!…  Pero el muchachito todavía estaba solo.

Y allá lejos, en el campo otros niños corrían, jugaban y reían sobre la pradera en la noche de verano. ¡De pronto, oyó golpear en la ventana!. Había una sombra detrás. Oyó llamar a la puerta. Había una sombra detrás.- Buen día…-oyó que una niña le decía en medio de las luces brillantes, de las luces rojas, de las luces rosadas, de las luces multicolores.- Me llamo Negra –dijo la niña toda vestida de negro pero con la cara muy blanca- pero tu estás muy solo- Yo quería correr afuera con los otros niños –dijo el muchachito – pero no me gusta la noche.
- Yo te presentaré a la noche y serán amigos –dijo la niña y pagó la luz agregando.- Ves, cuando apago la lámpara, se enciende la noche- Nunca lo había pensado –dijo el muchachito.- Y cuando uno enciende la noche, nazco yo, Negra y uno alumbra las chicharras..- Y los grillos- Y las estrellas- Y las ranas- El cielo es como una casa con sus luces blancas, con sus luces rojas, amarillas, verdes, azules y fuegos artificiales .Y con las luces apagadas y la noche encendida podemos oír los grillos, las chicharras y las ranas.
Y con todas las luces apagadas hicieron vivir la noche en toda la casa, como una rana, como una chicharra, como un grillo, como una estrella, como una luna.- Cómo me gusta esto –dijo el muchachito- sintiéndose muy feliz . Tiró sus faroles, sus linternas, sus velas y sus antorchas. Pudo disfrutar de las luna, las estrellas, las ranas y los grillos y corrió por el campo, con los otros niños, en la oscuridad o bajo la luz de la luna y las estrellas.

En la cocina de Claude Monet


El pintor Claude Monet (París 1840 - Giverny 1926) pasó a la historia por ser uno de los fundadores del movimiento pictórico conocido como “Impresionismo”. Monet estaba enamorado de la naturaleza, del agua, de la luz, de las flores y los capturó con una delicadeza casi poética en sus celebres y sublimes paisajes. Su amor por la naturaleza y la necesidad de estar más cerca de ella lo llevó a mudarse en 1883 a Giverny, un pequeño pueblo a orillas del Sena a casi 70 kilómetros de Paris. Allí se instaló en una pintoresca casa de campo rodeada por una hectárea de terreno. Rodeado de un paisaje bucólico y tranquilo, pudo dedicarse plenamente a sus tres pasiones: la naturaleza, la pintura y la gastronomía.
Bajo su dirección, un equipo de jardi­neros consigue crear un entorno de gran belleza, con plantas y árboles, tanto autóctonos como importados, un estanque de nenúfares y un puente japonés, que serán el motivo principal de sus cuadros a partir de su instalación en Giverny. Aquí vivió durante 40 años.
Monet era un apasionado del buen vivir. Amaba la cocina, a la que consideraba un verdadero arte, y había creado una rutina diaria en torno a la pintura y a la mesa, en la que los horarios relativos a la luz lo condicionaban todo.Almorzaba a las 11 y 30 de la mañana, y por la noche se acostaba a hora temprana, cuando caían las últimas luces: ya no tenía nada que pintar.
Era un gozador de la vida que había establecido un vínculo armónico entre la cocina, el arte y el jardín.
En Giverny, Monet vivió con su segunda esposa Alice Hoschedé y ocho hijos, incluyendo los dos que había tenido con su primera mujer, tempranamente fallecida, Camille Doucieux.Era un excelente gourmet, y muchas de sus recetas son ya platos clásicos de la cocina francesa, como la tarta Tatin –bautizada así en honor de sus amigas, las hermanas Tatin–, que el pintor reelaboró añadiendo a las manzanas reinetas el toque de la crema pastelera.
La cocina de Giverny era una parte integral de este universo bucólico y colorido creado por Monet. Ningún detalle se descuidaba en la cocina del día a día, así como también en las celebraciones en las que el pintor recibía a sus numerosos amigos, entre los que se encontraban Cezánne, Renoir, Sisley, Pissarro, Matisse, John Singer Sargent y el presidente Clemenceau. En este sitio que invitaba a la contemplación y al deleite, el buen comer ocupaba un lugar privilegiado y esencial. Los amigos de Monet comentaban lo bien que se comía y elogiaban la cálida acogida que el pintor daba a sus comensales así como también el entorno magnífico que rodeaba a la mesa.
La mesa en Giverny recibía la importancia que toda mesa merece. Para Monet, no bastaba solo el contenido de los platos, sino que también era fundamental rodear a la mesa de una atmósfera especial.
Monet llevaba cuadernillos de cocina en los cuales apuntaba sus recetas e ideas culinarias, éstos fueron descubiertos en su archivo tras su muerte. Ellos atestiguan la particular importancia que el pintor daba a los productos de temporada, a la cocina regional y a la calidad de cada uno de los ingredientes. Pero tal vez el punto más importante para Monet era concebir cada comida como una fiesta, como un acto de celebración en el cual se comparten momentos agradables, se conversa, se intercambia ideas y se disfruta de la compañía de amigos y familiares. Cabe destacar que Monet no cocinaba, pero le encantaba rondar por la cocina y encargarse de todo lo relacionado a la misma. El mismo se ocupaba de ir al mercado y seleccionar personalmente todos los ingredientes, controlaba y armaba los menús y se encargaba de la disposición de los comensales en la mesa. Como Monet no cocinaba, su recetario era más bien una recopilación de recetas de los platos que se preparaban en Giverny. La única receta propia que se conoce son unas setas asadas con aceite de oliva. En sus cuadernillos se encontraban también recetas de sus amigos, entre las que destacan la “Bouillabaise de Morue” de Cezánne, y otras recetas de la esposa de Renoir y Jean Millet (bollitos). Los platos servidos en Giverny eran sencillos, tradicionales y sin exageradas sofisticaciones. El almuerzo de Giverny era servido puntualmente a las 11:30. La entrada consistía de dos ensaladas. Una era aderezada personalmente por Monet, quien siempre le ponía mucha pimienta y aceite de oliva. Como al resto de la familia le parecía muy fuerte siempre había otra ensalada con un aderezo menos picante. Luego se servía una sopa, un plato de legumbres y un plato de fondo de pescado o carne. El postre variaba cada día. Al terminar el postre se servía té con galletitas. La cena, servida puntualmente a las 7:00 consistía de una ensalada, una sopa, un plato de huevos, un plato de aves y a veces un plato de fiambres locales. Cada 14 de Noviembre, Claude Monet celebraba su cumpleaños comiendo su plato favorito: Becada (una especie de perdiz) y tomando abundante champagne Veuve Clicquot, que era el favorito y el único que bebía Monet.
Otra costumbre en la casa de Monet eran los picnics en los jardines, en los cuales los comensales disfrutaban de los platos así como también del encanto de los jardines de Giverny.

( ver mas imagenes en este hermoso blog... http://cocinaycultura.blogspot.com.ar/2010/09/en-la-cocina-con-monet-1.html

El Músico.



“ Por convicción y por temperamento soy opuesto al arte que podríamos llamar egoísta.
  Hay que trabajar para los demás, simplemente, sin vanas y orgullosas intenciones.
Sólo así puede el artista cumplir su noble y bella misión social”.
Estoy absolutamente entregado a la música
Y la música es necesario vivirla, llevarla en sí,
Porque la formación de la obra musical es un poco
Como la creación del ser.”
                                                           Manuel de Falla